Editorial VOLVER
8 de enero de 2021 02:46
En Saladillo han ocurrido y ocurren cosas porque esta claro que no escapa a la realidad del país. Hubo crímenes, femicidios, violaciones, impunidad, marchas, reclamos a la justicia, a
los gobernantes, a la policía y el tiempo hizo lo suyo desafiando la memoria.
Allá por Octubre del año pasado un grupo de madres salidas de
las entrañas del pueblo con una
importante carga de dolor que de a poco fueron transformando en lucha formaron
el grupo "Madres de Pañuelos Amarillos contra el abuso sexual infantil y la
violencia de Género"
Con sus historias al hombro y a raíz de un caso puntual
salieron a decir BASTA!! Por ese caso, por otros que conocían y por muchos otros que
se acercaron porque por fin encontraron los oídos para ser escuchados y el
acompañamiento para pedir Justicia.
En la ciudad del "no te metas" y de los "opinologos" de redes
sociales pocos se atreven a cuestionarlas y muchos se avergüenzan por no
acompañarlas.
La mayoría de los ciudadanos comunes deberían saber que la
persona que ha sido atacada o abusada es común que tenga miedo de denunciar, sea porque se
resiste a aceptar lo que ha vivido, o bien porque considera que no va a ser
comprendida o incluso que va a ser culpada de la situación.
El Estado debería poner al alcance de las victimas todas las
herramientas de contención y la justicia a la hora de evaluar debería contemplar otras miradas como la
sociología o la antropología, que son disciplinas que estudian los comportamientos
de las personas.
Dados
algunos casos hasta pareciera que la Justicia desconoce cómo funciona la psiquis
de un violador.
Por lo
general únicamente la víctima es testigo presencial y cuando se trata de
menores el abusador manipula a la víctima para que no cuente y así nos
encontramos con casos que son denunciados años más tarde.
Lo más preocupante
son los daños y secuelas que le quedan a la víctima para siempre invisibles
para la Justicia sino participan otros actores especialistas como psicólogos o
psiquiatras. ¿Es esto acaso una novedad para los profesionales que trabajan o deberían
trabajar para esclarecer estos hechos?
Las
testimoniales de personas o allegados que han hablado con la victima después
del hecho deberían ser fundamentales en cada investigación. La palabra de la víctima
debería ser de suma importancia y mucho más cuando se trata de niños menores de
edad.
Por todo lo antes enumerado está claro que el Grupo Madres de Pañuelos Amarillos surge de una GRAN NECESIDAD que al parecer los actores políticos y judiciales no han podido ver a tiempo porque en algo han fallado.
¿Por qué no podemos despegar a la política de esta necesidad? Simple, porque cada dos años se vota y tanto el ejecutivo como el legislativo deben garantizar el bienestar y la igualdad de derechos a los ciudadanos de verdad sin que solo sea un slogan de campaña.
MSA
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