En su perfil colecta otros tipos de pergaminos ligados a la vida de un abogado exitoso, desde el punto económico. Supo trabar amistad con los principales líderes de buffet de abogados porteños, llevando "asesoramiento" a empresas.

Con Mauricio Macri en la Casa Rosada su pasión, mezcla de ideales radicales y búsqueda de confort lo ubicó con una misión: perseguir a los accionistas del Grupo Indalo.

Pocos saben que en el llamado think tank del macrismo, bautizado Pensar, durante 2015 se elaboró un plan. Había que llegar a la AFIP y ocupar los principales lugares. Alberto Abad, primer jefe de la AFIP de Macri fue el encargado de la tarea.

En 2016, cuando inició la persecución, hostigamiento y desapoderamiento de activos del Grupo Indalo, el "jurista" Ricardo Gil Lavedra resultó una pieza clave. Con falsas acusaciones logró elevar a juicio la causa de la petrolera "Oil". A todos esto, sus accionistas, los empresarios Cristóbal López y Fabián De Sousa estaban presos, tal cual habían adelantado los operadores macristas. (Este expediente avanza en la Justicia federal con el entrecruzamiento de llamadas).

En las últimas horas, el empresario Cristóbal López, echó luz sobre el jurista. "Qué extraño es que a @rgillavedra le den micrófono y no le pregunten más por su rol en la causa Oil. Hay mucho para preguntarle porque fue un hecho histórico: la primera vez en la historia de AFIP que se contrató un abogado externo".

Y agregó: "Se le preguntó muy poco sobre los cuantiosos honorarios que el Estado le pagó a Gil Lavedra. Sabemos que su rol lo cumplió muy bien: armó la causa que pidió Macri y se encargó de apretar a los jueces para que la impulsen".

Gil Lavedra fue representante de la AFIP macrista en la causa en la que se avanzó contra Oil Combustibles. Según testigos ante los magistrados, en ese organismo se montó un grupo especial para perseguir a la petrolera y sus accionistas.

Hoy Gil Lavedra habla de la falta de derechos humanos en la provincia de Formosa. El doctor tiene razón, pero nada dice de su responsabilidad frente al atropello contra empresarios por el solo hecho de cobrar millones de pesos y celebrar con Macri su trabajo cumplido.