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¿El fin de las jaulas? Las principales alimenticias de la Unión Europea pidieron eliminar la cría de animales bajo métodos de encierro

Hace unos días, las empresas que concentran la mayor parte de la producción de alimentos en el viejo continente se unieron para pedirle a la Comisión Europea que elimine progresivamente el uso de jaulas en la cría de animales, arrancando por las gallinas ponedoras. El objetivo es lograr que se revea la legislación de bienestar animal y se adopten sistemas de producción alternativos o "libres". ¿Podrá esta campaña volverse contagiosa en otros países?

26 de marzo de 2021 08:47

"Hay que reconocer que el tema está mucho más maduro en Europa que acá. Les es más fácil encarar esto porque en realidad, la producción en sistemas alternativos superó desde el año pasado a la cantidad de gallinas enjauladas, a razón de un 51% a 49%", explicó Bernardo Kojic, veterinario avícola y asesor en bienestar animal, a Bichos de Campo.

El hecho de que la carta enviada a la Comisión Europea esté firmada por empresas como Barilla, Ferrero, Mondel?z International, Nestlé, Unilever, ALDI Nord, Inter IKEA Group, Le Groupement Les Mousquetaires; el Grupo Jamie Oliver y el productor de huevos Fattoria Roberti, da cuenta de que el tema no se ha tomado a la ligera.

De hecho, estas compañías apoyaron una iniciativa ciudadana, promovida por la organización Compassion in World Farming, que reunió 1,4 millones de firmas en toda la Unión Europea.

De nuestro archivo: Huevos de gallinas libres de jaula: O la vuelta del viejo gallinero pensando en el bienestar animal

"No hay que hacer énfasis en lo mejor que va a producir la gallina. No se trata de eso sino de que asumamos que el animal está sintiendo y que no se siente cómodo en una jaula. El tema es social: el animal en sociedad con la persona que lo cría, o que lo cuida, puede producir tan bien como en la jaula -porque es mentira que menos-, estar más cómodo y satisfacer una demanda del consumidor creciente", aseguró Kojic.

En este sentido, el veterinario reconoció dos razones para esta maniobra de las empresas europeas: una es que los sistemas alternativos le dan trabajo a los pequeños productores y evitan que migren a las grandes ciudades porque trabajan en su lugar de origen.

En segundo lugar, hay un claro interés comercial ya que, por ejemplo en el caso del huevo, valdrá más caro. Esto tiene que ver con que el animal consumirá más alimento y se necesitará más mano de obra, porque ya no se trabajará con jaulas apiladas y el sistema no estará automatizado.

"¿Ésto va ser bueno? Va a ser muy bueno porque la gente tendrá la posibilidad de decidir cuál de los dos huevos comprar. Se va a pagar más caro pero no está mal que así sea. El precio de los celulares o de los autos no se discute. ¿Por qué tenemos que discutir el precio del huevo?", señaló el asesor.

Sin embargo, una iniciativa de este estilo parece estar muy lejos de poder ser aplicada en nuestro país, si se tiene en cuenta que Senasa aún no autoriza que las etiquetas de los alimentos indiquen el sistema de producción del que provienen.

"Nuestra tarea es permitirle al consumidor que sepa qué cosa esta comiendo. Cuando no se puede identificar el sistema de producción de alguna forma te están limitando. Los pequeños productores, que son los que tienen más propensión a producir en sistemas alternativos, no lo pueden diferenciar en la etiqueta. Cuando vas al Senasa, y es acá la presión que tenemos que hacer, te dicen que el producto no es diferente. Y no, lo diferente es cómo se produce", remarcó Kojic.

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