Editorial VOLVER

Dejemos de legitimar la violencia en el fútbol justificándola.

25 de septiembre de 2023 23:42

Dado los hechos de violencia ocurridos durante el pasado fin de semana en la jornada futbolística y otros que han sucedido tiempo atrás creo que ha llegado el momento de reflexionar seriamente acerca de los mismos.

Según mi percepción para lograr mejorar es necesario tener en claro que se necesita ver el problema con la mayor objetividad posible y luego hacer cada uno un "mea culpa" para detectar en que estamos fallando.

En primer lugar, hay que dejar de legitimar la violencia justificándola, cosa bastante difícil ya que lamentablemente en nuestro país la cultura del fútbol de alguna manera la ha naturalizado. La violencia en ningún caso tiene justificación. En este contexto es difícil pero no imposible.

Lo segundo es comprender que el fútbol es un juego y debe ser disfrutado como tal, donde además se aprende la importancia del esfuerzo, la enseñanza de las derrotas, a respetar al adversario, a jugar con ilusión, pero sin presión y a tener más compromiso y responsabilidad.

En tercer lugar, tener en cuenta que el árbitro es la autoridad deportiva única e inapelable, en el orden técnico, para dirigir los partidos desde que entra en el recinto deportivo hasta que lo abandona, conservándolas, por tanto, durante los descansos, interrupciones y suspensiones, aunque el balón no se halle en el campo, siempre tendrá sus facultares arbitrarias.

Tanto directivos como los futbolistas, entrenadores, auxiliares y delegados de los clubes, deben acatar sus decisiones y están obligados, bajo su responsabilidad, a apoyarle y protegerle en todo momento para garantizar la independencia de su actuación y el respeto debido al ejercicio de su función, así como su integridad personal. Y aceptar que es humano y puede equivocarse como cada uno de nosotros. Las dudas siempre se pueden aclarar hablando.

Y en cuarto y último lugar tanto padres como directivos y entrenadores deben dar el ejemplo porque la violencia verbal siempre desencadena más violencia. ¿Alguien se preguntó qué siente un niño viendo a su padre gritar barbaridades a los árbitros o rivales? El "folklore del fútbol" tiene que tener limites para no convertirse en agresión.

Para empezar hay que desterrar la discriminación de origen homofóbico o racista. Debo admitir con mucha tristeza que he escuchado a dirigentes y DT discriminar a sus semejantes ubicados quién sabe desde que pedestal o lugar imaginario que los hace creerse superiores y habilitados para humillar al prójimo.

En una comunidad como esta nos conocemos todos y al otro día del partido nos cruzamos con los ocasionales rivales del campo de juego que a veces hasta llevan nuestra misma sangre, aprendamos a disfrutar del futbol, a festejar los triunfos y a aprender de las derrotas, No permitamos que nos gane la violencia siendo seres pensantes. Cuidemos nuestro futbol y como dijo Diego no manchemos la pelota...

Mónica


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